Hemorragia nasal: causas y tratamiento en los niños

Los adultos y los niños pueden sufrir en algún momento hemorragia nasal, aunque es más frecuente en niños menores de 10 años. Esto sucede porque los infantes tienen la membrana mucosa más delgada y mayor cantidad de vasos capilares anidados. Por eso también puede ocurrir sangrado si el niño se golpea el rostro o tiene la costumbre de picarse la nariz hasta hacerse daño.

Sin embargo, esta afección puede ser indicador de una dolencia más severa. Por eso es importante que los padres reconozcan las posibles causas del sangrado y que sepan cómo dar atención al niño. Además, es necesario conocer cómo reaccionar ante tal hecho para no empeorar la condición del niño.

Hemorragia nasal en niños: Posibles causas

Según estudios médicos, el sangrado nasal es cinco veces más frecuente en los niños menores de 6 años que en los adultos. Esta condición puede manifestarse una sola vez o aparecer de forma recurrente, pero en cualquier caso, es necesario que el niño reciba atención de los padres.

El término utilizado para la hemorragia nasal es "epistaxis". Normalmente es causada por el maltrato a los vasos capilares que se encuentran en el tabique nasal, por lo que la sangre aparece cuando desciende por las fosas nasales y comienza a correr por el rostro.

Esta afección puede ser causada por las siguientes condiciones:

  • Tensión alta. Un niño que tose o estornuda a menudo tiene mayores probabilidades de dañarse los vasos sanguíneos de la nariz. En el caso del bebé, esto puede suceder como consecuencia de un llanto fuerte y prolongado.
  • Infecciones. Un resfriado u otro tipo de infección viral pueden provocar inflamación de la mucosa, lo que hace que se vuelva más delicada. Como los vasos están más expuestos, se dañan y causan sangrado.
  • Sustancias vasoconstrictoras. El uso frecuente de este tipo de medicamentos pueden causar atrofia en la mucosa de la nariz, lo que provoca que se vuelva más delgada y sangre con facilidad.
  • Uso de gasa o algones como tapón. Es normal que las personas hagan presión sobre las fosas nasales para detener la hemorragia, sin embargo, si esto se realiza frecuentemente, la mucosa puede atrofiarse, por lo que el sangrado será más frecuente.
  • Agentes externos. Algunos factores externos pueden perjudicar la salud del niño y ocasionar hemorragia, como por ejemplo quemaduras, inhalación de sustancias irritantes e introducción de objetos extraños.
  • Condiciones hereditarias. La hemofilia es una enfermedad que evita la coagulación de la sangre y causa hemorragia nasal. En estos casos el sangrado será recurrente y prolongado.
  • Deformación de la nariz. La malformación del tabique es una condición que puede ocasionar el sangrado nasal.
  • Temperatura del aire. Si el niño se encuentra en ambientes secos es más probable que la mucosa nasal sufra hemorragias a menudo.
  • Neoplasmas. Los neoplasmas pueden ser benignos o malignos. Si afectan la mucosa pueden provocar sangrado nasal.
  • Coagulación de la sangre. Algunas enfermedades afectan la coagulación de la sangre y pueden causar hemorragia en distintas partes del cuerpo, incluyendo la nariz. Estas enfermedades pueden ser la anemia, la leucemia y la hepatitis, entre otras.
  • Presión salguínea alta. Esta condición afecta el sistema vascular y puede manifestarse a través de la hemorragia nasal.
  • Presión intracraneal. Un aumento de la presión sanguínea en la cabeza puede dañar los vasos sanguíneos de la nariz.
  • Otra fuente de sangrado. La hemorragia puede tener origen en otro lugar, como por ejemplo en el esófago, pero se manifiesta en la nariz y causa confusión.
  • Cambios hormonales. Los cambios hormonales en las adolescentes pueden modificar el flujo de sangre de la nariz, lo que rompe la resistencia de la membrana nasal.

Hemorragia en la nasofaringe

En la gran mayoría de los casos, el origen del sangrado se localiza en la parte anterior de la cavidad nasal. Pero en ciertas ocasiones, la hemorragia es producida en la parte posterior de la nasofaringe. Este tipo de sangrado es difícil de observar y puede generar mayor pérdida de sangre.

Una faringoscopia puede mostrar si el niño sufre hemorragia en la nasofaringe.

Algunos síntomas de esta hemorragia son los siguientes:

  • Sensación de debilidad.
  • Cosquilleo en la nariz.
  • Ruidos extraños en los oídos.
  • Dolor de cabeza y mareos.
  • Náusea y vómitos.

Nivel de gravedad del sangrado nasal

Las hemorragias nasales pueden tener diferente gravedad:

  1. Baja. Se manifiesta con pérdida de poco volumen de sangre, acompañada de síntomas leves como debilidad, mareo y resequedad en la boca. En este nivel el niño debe estar bajo supervisión de los padres.
  2. Media. En casos más graves, el niño pierde mayor cantidad de sangre y aparecen síntomas como dificultad para respirar, disminución de la presión arterial y mareos fuertes. En algunas ocasiones la piel toma un tono azulado. Este caso merece ser tratado por un médico profesional.
  3. Fuerte. En los casos de mayor gravedad el niño pierde mucha sangre y aparecen síntomas como la taquicardia o el shock. La asistencia médica debe ser inmediata.

¿Cómo actuar en casos de hemorragia nasal?

La reacción dependerá del nivel de gravedad del sangrado. Si ocurre una sola vez, el niño debe recibir primeros auxilios y ser mantenido en observación. Además se debe intentar averiguar qué condiciones pudieron causar la hemorragia para prevenirlas. En algunos casos el sangrado puede ser consecuencia directa de una enfermedad o de una contusión, por lo que será necesario asistir al médico especialista.

Preste atención a los síntomas y consulte al médico en los siguientes casos:

  • Observa una cantidad abundante de sangre en la nariz.
  • Aprecia espuma en el sangrado.
  • El niño sufre palidez, debilidad fuerte o desmayo.
  • La sangre aparece acompañada de un líquido claro.
  • Se observan síntomas de otras enfermedades, como hipertensión o leucemia.

El peditra recomendará la realización de diferentes exámenes para averiguar las causas del sangrado, como por ejemplo análisis de sangre y de coagulación. También puede pedir un examen del tabique nasal para descartar cualquier anormalidad y observar si existe hemorragia en la nasofaringe.

El tratamiento dependerá de los resultados de estos exámenes. Si se observa que la mucosa se ha debilitado puede recomendarse la cauterización con nitrato de plata. También pueden aplicarse tratamientos más fuertes, como crio o láser.

Medidas de primeros auxilios

Si observa que el niño sufre una hemorragia nasal debe tomar las siguientes acciones:

  1. Trate de que el niño mantenga la calma y respire por la boca.
  2. Instrúyalo para que no trague sangre, ni se suene la nariz.
  3. Lave la zona afectada y saque los coágulos para que la recuperación sea más rápida.
  4. Coloque al niño en un asiento y haga que levante un poco la cabeza.
  5. Elimine cualquier prenda de vestir que obstaculice la respiración del niño.
  6. Tome una toalla con agua fría o hielo, y colóquela en el tabique de la nariz.
  7. Utilice tampones con agua oxigenada para frenar el sangrado. Si no cuenta con ellos, haga presión sobre las fosas nasales.
  8. El sangrado no debe durar más de 10 minutos. En caso contrario, recurra al médico de inmediato.

Cosas que debe evitar

Las siguientes acciones deben evitarse en los casos de hemorragia nasal:

  • No coloque la cabeza del niño hacia atrás. Esto puede provocar que la sangre baje a las vías respiratorias, y puede provocar tos y náuseas.
  • No inmovilice al niño. Deje que hable y se mueva normalmente para que mantenga la comunicación con los adultos.
  • No deje que el niño se suene la nariz. Esto causará mayor presión sobre los vasos capilares y aumentará la hemorragia.

¿Qué hacer en el caso de los lactantes?

En el caso de los bebés, la hemorragia puede ser provocada por resequedad de la mucosa o por llanto inusualmente fuerte. Levante al bebé para que el sangrado no entre a la garganta y aplique una toalla fría en la nariz para detenerlo. Si la hemorragia dura más de 10 minutos, recurra al servicio médico de inmediato.

 

Medidas de prevención

  • Asegúrese de que el aire de la habitación está suficiente húmedo. Para ello puede utilizar un humidificador.
  • Vigile que los niños no introduzcan objetos extraños ni se piquen la nariz con los dedos.
  • Si el niño es propenso a sufrir sangrados, enséñelo a evitar movimientos bruscos, a no levantar pesos exagerados y a no pasar mucho tiempo frente a una pantalla o monitor.
  • Ayude a fortalecer el sistema inmunitario del niño con actividades al aire libre y una dieta rica en vitaminas, sobre todo ácido ascórbico y vitamina R.
  • Asista regularmente al pediatra para vigilar el historial médico del niño y detectar enfermedades que pueden causar hemorragia nasal.
  • Aplique tratamiento para cualquier enfermedad que pudiera estar causando el sangrado, como la alergia o la hipertensión arterial.