¿Cuánto tiempo suele demorar la gripe en un niño?
La influenza en un niño siempre está acompañada de fiebre alta. Siendo la misma uno de los signos principales que distinguen la infección. ¿Qué tan alta puede ser la fiebre para que sea necesario bajarla? Sigue leyendo este artículo para conocer más.
Sobre la importancia de la fiebre
Para entender por qué la temperatura aumenta con la gripe, se necesita saber cómo se desarrolla el virus. Una infección por gripe es simple, pero disminuye la probabilidad de adquirirla.
El virus penetra al bebé a través del tracto respiratorio superior. En la nariz, la faringe y la laringe, el virus se adhiere a las células del epitelio. Dichas células existen para proporcionar protección contra la invasión de "huéspedes" foráneos, pero el virus de la gripe destruye su inmunidad local y las células comienzan a descomponerse rápidamente. Dando origen a los síntomas principales de la enfermedad: sensación de sequedad, ardor en la nariz y la garganta, sudoración, picazón, tos seca y frecuente.
Después de la presencia de los primeros síntomas, el virus penetra en el torrente sanguíneo y a partir de ese momento la temperatura del cuerpo aumenta, siendo esta su reacción inicial. Luego, surgen los siguientes síntomas: dolores musculares y articulares, dolores de cabeza, signos de intoxicación.
La temperatura en los niños con gripe aumenta rápidamente e inesperadamente, alcanzando los 38-40 grados, sin embargo muy a menudo alcanza los 39 grados. Una forma de protegerse el cuerpo del virus es la fiebre alta, porque cuando la temperatura del cuerpo aumenta, al virus le es más dificil sobrevivir en condiciones cambiantes.
Paralelamente, con altas temperaturas, se estimula la producción de los anticuerpos antivirales de una manera más rápida. Cuando la inmunidad del cuerpo está lista para responder a la invasión, los anticuerpos se precipitan para destruir las partículas virales.
Generalmente, cuando el virus es fuerte, mayor es la temperatura. Es por eso, que de entre todas las infecciones virales respiratorias agudas, la gripe trae consigo, una de las fiebres más graves.
La duración del período febril
Para saber cuánto dura la fiebre, debe tener en cuenta la edad del niño, el estado general de su salud y la gravedad del curso de la infección de influenza. En los niños muy pequeños, la inmunidad debido a su edad es más débil y por lo tanto, al igual que los niños con enfermedades crónicas o inmunidad reducida, generalmente mantinen la temperatura de 4 a 7 días. Cuanto mayor sea el niño, menos prolongado será el período de fiebre.
La persistencia de la temperatura alta en preescolares grandecitos, escolares y adolescentes suele ser de 3 a 5 días. Con gripe leve, la fiebre rara vez dura más de 5 días, cuando la influenza es más grave la duración de la fiebre es mayor. En niños menores de 3 años, en promedio, dura de 4 a 6 días.
En ausencia de complicaciones, la temperatura disminuye inmediatamente, tan pronto como los anticuerpos logran vencer al virus, sin embargo, unos días después el bebé sentirá una fuerte debilidad, porque el cuerpo necesita deshacerse de las partículas derrotadas del virus. Al pasar la gripe, los niños algunas veces tienen una temperatura corporal baja (35.5-36) esto se debe a debilidad y la fuerte disminución de la inmunidad del cuerpo. La temperatura normal regresa gradualmente.
¿Qué pasa si la fiebre dura más?
Si la temperatura dura más que los períodos indicados anteriormente, esto puede indicar el desarrollo de complicaciones. Los síntomas pueden manifestarse de diferentes maneras. Si, después de 5 días desde el inicio de la enfermedad, la temperatura se mantiene alrededor de 37 grados sin disminuir y el estado del niño sigue siendo deplorable, es probable que debido al debilitamiento de la defensa inmune del organismo del niño, haya ocurrido una segunda infección bacteriana.
Además, el niño puede sentirse mejor después de 5-6 días, la temperatura se normaliza, pero después de unos días hay un aumento repetido de la temperatura, aunque no a valores tan altos como la primera vez, principalmente a valores de 37-37, 9 grados. Lo que indica que las complicaciones se han desarrollado.
En los casos indicados, es necesario llevar al niño a visitar al médico, realizarle exámenes, someterlo a exámenes adicionales para evaluar otros síntomas y comenzar el tratamiento específico de acuerdo al esquema recomendado por el médico tratante.
¿Es necesario reducir la temperatura?
El primer impulso de cualquier padre, cuando el termómetro muestra fiebre alta, es bajarlo a toda costa. Sin embargo, no debemos apurarnos, porque, como ya lo hemos explicado, el aumento de la temperatura es un mecanismo de protección. Si la misma es disminuida por los medicamentos constantemente, el cuerpo del bebé se vuelve indefenso. Además, el período de la enfermedad puede prolongarse significativamente y aumenta el riesgo de complicaciones.
Por lo tanto, hay ciertas pautas para ayudar a los niños cuando tienen altas temperaturas. Para no interferir con los procesos inmunes no se debe bajar la temperatura a 38 grados. Si los valores en el termómetro exceden estos valores, se debe considerar cuidadosamente la edad y el bienestar del niño.
Un adolescente puede tolerar hasta 39 grados sin tabletas y jarabes. Un niño de 3 a 7 años debe recibir un antipirético a 38.5 grados. Mientras que los niños de menor edad necesitarán que se le reduzca la temperatura a 38 grados. Si la condición del niño es grave (mayor a 38 grados), se precisará de medicamentos antipiréticos independientemente de la edad.
La alta temperatura en si misma representa un cierto peligro y es por eso que debe ser monitoreada de cerca.
Cómo reducir la fiebre de un niño
Acciones realizadas por los padres: esperar, en caso de que los síntomas de la gripe se manifiesten fuertemente acostar al niño, estricto resposo en cama. Si el niño no gasta energía en movimientos y juegos, la recuperación será más rápida.
Después de que le quite al bebé las bragas y las camisetas y lo cubra con una sábana de algodón suave, puede llamar a un médico y comenzar a proporcionarle los primeros auxilios. Inicialmente se debe ventilar la habitación, asegurarse de que la temperatura del aire no supere los 21 grados y que la humedad del aire no sea inferior al 50-70%. Estas condiciones ayudarán a mantener las membranas mucosas del tracto respiratorio en un estado de defensa.
Es importante proporcionarle al niño abundante bebida caliente; esto ayudará a prevenir la deshidratación. Muy a menudo los niños pequeños con una temperatura alta sufren pérdidas fuertes de fluidos. Por otra parte, al niño se le debe dar algo líquido a temperatura ambiente: compota, té, jugo de manzana. Está contraindicado darle al niño leche, jugo, limonada y agua mineral carbonatada. Si el bebé no bebe voluntariamente, intente usar una jeringa desechable sin aguja, dirigiendo el chorro a lo largo de la superficie interna de la mejilla.
Si la temperatura ha excedido los 38 grados, dele al niño un agente antipirético en la dosis apropiada para su edad. No administre medicamentos en base al ácido acetilsalicílico, ya que está prohibido para niños menores de 16 años y puede causar el desarrollo del síndrome de Ray que es letal. La mejor elección: preparaciones basadas en paracetamol. A un adolescente se le puede dar una pastilla, un niño en edad preescolar, un jarabe y un niño pequeño, por vía rectal un supositorio con paracetamol.
Si el calor no desaparece o continúa aumentando, debe llamar a una ambulancia. Quizás el niño necesite una inyección intramuscular de medicamentos que disminuirá rápidamente la temperatura.
Controle la temperatura y tome medidas cada 2-3 horas. A medida que se recupera, la necesidad de mediciones disminuye.
¿Cuando no puede prescindir de la ayuda médica?
Si el niño tiene menos de un año y sufre de influenza. Los médicos indicaran hospitalización y supervisión de especialistas, porque pueden surgir complicaciones graves.
Si la gripe es grave, con vómitos, pérdida de la conciencia, síndrome convulsivo, la ayuda médica es absolutamente necesaria. No confíe en sus conocimientos y habilidades, porque las complicaciones de la influenza son diversas y muy peligrosas, especialmente para los niños menores de 3 años, entre los que se encuentra el mayor porcentaje de muertes por infección de influenza.