Un absceso en las encías del niño

Una de las situaciones más desagradables y peligrosas para la salud del niño relacionadas con enfermedades en la cavidad oral, es la formación de un absceso en las encías del niño. Esta situación requiere una reacción inmediata de los padres ya que puede llevar a consecuencias muy graves.

¿Por qué y cómo aparece un absceso en la encía?

La razón principal de la formación de úlceras en los tejidos de las encías de los niños es la infección, que puede ocurrir debido a:

  • Una caries no tratada de un diente de leche, que se convirtió en la causa de una pulpitis.
  • Tratamiento dental de mala calidad (si el médico no ha colocado un sello en un diente no tratado).
  • Infección en la encía parecida a un quiste que aparece en el sitio de la erupción dental.
  • Ausencia de tratamiento de pulpitis de un diente permanente.
  • Infección en la encía después de una lesión por algún objeto punzante o un alimento muy duro para las encías del niño.

Frecuentemente, las caries provocan la formación de un absceso en la encía. Las primeras etapas de esta enfermedad a menudo pasan desapercibidas, por lo que la infección penetra en el diente sin ser advertida por el padre. Una vez que alcanza la raíz, las toxinas comienzan a penetrar a través de sus tejidos y causan inflamación de la encía cerca de la raíz. Dado que la causa de ésto son bacterias, en el proceso de dicha inflamación se forma pus. Sale debajo de la membrana mucosa de la encía y se parece a un saco purulento.

Principales síntomas

La aparición de una formación purulenta en la encía se acompaña de síntomas bastante específicos. Al principio, el niño notará una sensación de inflamación en la encía, y un poco después en el lugar de la molestía, habrá una pequeña hinchazón rojiza.

Gradualmente, sus dimensiones aumentarán y en el centro de la inflamación se verá un punto blanco indicando la formación de pus dentro de las encías. Si toca esta protuberancia, verá que es suave y el niño sentirá mucho dolor. Cuando aumenta de tamaño, el bulto se transformará con el tiempo, en un absceso de coloración blanquecina.

Además de los cambios en la cavidad oral, el niño puede tener otros síntomas:

  • Aumento de la temperatura corporal (fiebre).
  • Comportamiento inquieto y mal humor.
  • Falta de apetito.

Posibles complicaciones

Si no consulta a un médico en el momento de la formación del absceso, aumentará de tamaño y como resultado se drenará de forma espontánea. Esto mejorará la condición general del niño (el dolor disminuirá y la temperatura bajará), pero dará lugar a la formación de una fístula a través de la cual el pus ingresará en la cavidad oral.

En algunos casos, la fístula cicatrizará de forma independiente, pero aún así, representa un foco de infección que amenaza con activar el proceso inflamatorio en ciertas condiciones (con inmunidad reducida o un sistema inmunológico débil).

Si el absceso apareció debido a una complicación con la erupción de nuevos dientes, ésto puede ser la causa de la infección de la encía alrededor del diente permanente. Además, las bacterias del absceso pueden entrar en la mucosa amigdalina, lo que provoca el desarrollo de una inflamación crónica, así como en los ganglios linfáticos debajo de la mandíbula, causando linfadenitis.

Otro peligro de tener una fístula en la cavidad oral del niño, es la presencia de un organismo extraño y además alérgico. En los casos más severos, el pus puede ingresar al torrente sanguíneo, después del cual se propaga a través del cuerpo del niño y puede causar supuración en otros órganos y tejidos. No menos peligrosa es la propagación de la infección a los tejidos más profundos de las mandíbulas con la formación de flemones o la inflamación del hueso.

¿Qué hacer?

El modo correcto de actuar por parte de los padres al encontrar un absceso en la encía, es llevar a su hijo a una clínica dental. El médico debe llevar a cabo un examen y determinará sus acciones posteriores, que afectarán el proceso (el absceso se está formando, ya formado o roto) y el tipo de diente (leche o permanente).

Lo mejor es que el niño visite al dentista en las primeras etapas de desarrollo del abceso e incluso después de drenar el absceso. El bebé debe ser llevado al médico para eliminar el foco de la infección y evitar la reaparición del absceso en el mismo lugar o sobre los dientes adyacentes.

Tratamiento

Cuando aparece un absceso en el área de la erupción del diente de leche, el médico primero anestesia el lugar de manipulación, luego abre o disecciona el abceso, saca el pus de su cavidad y luego extrae el diente de leche, cuya ruptura provocó el desarrollo de esta inflamación purulenta. Luego, al niño se le recetará un tratamiento de antibióticos y enjuagues bucales.

Con la formación de un absceso sobre el diente permanente, el médico después del examen y la anestesia local cortará, la encía y cuando es un abceso de gran tamaño, establecerá el procedimiento de drenaje. Si la pulpa del diente está infectada, se abren los canales, se realiza la despulpación y luego se inserta un sello.

¿Cómo tratar en casa?

Si no lleva inmediatamente al niño al dentista cuando se ha detectado el absceso, los padres pueden brindarle los primeros auxilios al bebé en el hogar:

  • Administre un antipirético apropiado para su edad cuando el niño presenta una temperatura elevada o fiebre.
  • Ofrezca enjuagarle la boca con una cocción caliente de manzanilla o salvia, si el niño ya sabe cómo enjuagarse y no le provoca náuseas.
  • No le dé al niño una comida con alimentos que tengan mucha resistencia, dureza y que esté muy caliente.
  • Para reducir el dolor, coloque algo frío en la mejilla.
  • No permita que el bebé toque el absceso.
  • Dele al bebé más líquidos.
  • Llame a una ambulancia si la condición del bebé se está deteriorando.

En la detección de un absceso en el niño está categóricamente prohibido:

  • Intentar abrir la inflamación o el abceso con sus propias manos. Esto puede conducir la infección a la sangre.
  • Calentar el sitio de la inflamación con compresas o pedirle al niño que se enjuague con agua caliente.
  • Darle antibióticos sin consultar al médico, nunca debe automedicarse.
  • Enjuagar la boca del niño si el absceso se ha abierto.

Prevención

Para prevenir el desarrollo de un absceso en las encías de su hijo o hija, se recomienda:

  • Prestar atención a la higiene oral, comenzando desde el momento de la erupción de los primeros dientes.
  • Asegurarse que el niño se limpie los dientes por la mañana y antes de acostarse.
  • Pedirle al niño que enjuague su boca después de las comidas.
  • Acudir regularmente cada 3 meses a una consulta dental y a tiempo para tratar las caries detectadas en las primeras etapas.
  • Proteger las encías de lesiones.
  • No permitir que el niño mantenga dulces o caramelos durante mucho tiempo en la boca.