¿Cómo almacenar la leche materna extraída?

Cuando la madre no puede estar con su bebé la mejor manera de alimentarlo es extraer la leche materna y almacenarla. La leche extraída por la madre conserva la mayoría de sus nutrientes es por ello que es la mejor alternativa para la alimentacion del bebé en ausencia de la madre. Esta práctica se ha hecho habitual en las madres que deben incorporarse a sus actividades diarias como ir al trabajo, asistir a clases, ir al gimnasio o simplemente si desean tomar una siesta y dejan al bebé al cuidado de su padre o cualquier otro familiar. Lo importante es la higiene en la extracción y almacenamiento de la leche materna para garantizar un producto de calidad al bebé. Las madres pueden extraer la leche de forma manual con un extractor de leche para ello requieren cierta destreza que van adquiriendo con el tiempo. 

La leche materna se puede conservar por tiempo prolongado, inclusive a temperatura ambiente, puede durar hasta diez horas sin ser refrigerada. La leche materna puede almacenarse o congelarse y mantendra los nutrientes que requiere el niño para su sana y adecuada alimentación. La leche materna recién extraída es preferible a la refrigerada, y esta es mejor que la congelada. La leche recién extraída brinda las mejores propiedades antibacterianas y cuenta con altos niveles de antioxidantes, vitaminas y grasas que la leche refrigerada o congelada.

Una manera de prolongar el almacenamiento de la leche materna si la madre esta en el trabajo y no cuenta con un refrigerador, es usar una bolsa especial de refrigeración o un termo, debe enfriarlo en casa minutos antes de salir y colocar hielo. 

Si la madre va a alimentar al bebé con la leche extraída en los proximos dos días, debe almacenarla preferiblemente en el refrigerador. En tal caso, no necesita congelarla. En esta leche los factores inmunes son más abundantes que en la leche congelada. 

La leche debe extraerse de forma limpia y segura en un recipiente limpio. En recipientes cerrados la leche extraída puede almacenarse por tiempo prolongado. Los recipientes pueden ser de vidrio ó plástico. El recipiente donde la leche se almacena no afecta la composicion cualitativa de la leche materna. 

Dichos recipientes pueden ser:

• botellas;
• termos;
• contenedores;
• bolsas.

Es importante tomar en cuenta la facilidad en el uso de los recipientes que elija para almacenar la leche extraída. Las bolsas de plástico especiales que se adaptan a los extractores de leche ocupan menos espacio en el congelador. Existen paquetes similares fabricados con un material bastante denso y se venden esterilizados. Generalmente, tienen un lugar donde registrar la fecha en que se almaceno la leche.  

La madre puede llevar la leche materna extraída en un termo cuando va de paseo con el bebé. El uso de termos es muy conveniente para conservar la leche materna cuando la madre planea una larga caminata y alimentar al bebé cuando tiene hambre se torna complicado. 

• La cantidad óptima para congelar la leche extraída es de 60-120 ml. Tal volumen puede alcanzar para una o dos tomas y no se debe vaciar la leche que el bebé no consuma, ya que no es conveniente congelar de nuevo la leche descongelada. 
• Puede agregar leche fresca refrigerada al producto ya congelado si el volumen de leche fresca es menor que el volumen de la porción congelada.
• No almacene leche materna extraída en la puerta del refrigerador. Coloque los contenedores de leche dentro de la cámara principal del dispositivo en el lugar más frío. La temperatura de almacenamiento de la leche debe ser estable.
• En el congelador, la leche también debe colocarse en la pared más fria en la parte posterior. 

Si saca del refrigerador una porción de leche y el bebé no la consume puede colocarla de nuevo en el refrigerador. Tenga en cuenta que esto solo debe hacerse dentro de las 24 horas después que la madre extraiga la leche y la almacene. No es necesario mantener separadas las distintas porciones de leche que se vayan extrayendo a lo largo del día. 

Existen diferencias notables entre la leche de vaca y la leche materna. La leche materna tiende a separarse en capas de grasa y liquido pero esto no es señal de que esta dañada, una vez que el recipiente se agita, la leche tendrá de nuevo una consistencia uniforme.  

Si se congelo por poco tiempo, la leche mantiene una consistencia uniforme.

El bebé debe consumir la leche materna descongelada y esta debe permanecer a temperatura ambiente solo por dos horas; de lo contrario se debe desechar. La leche pasado este tiempo cambia su consistencia y apariencia. El contenido de grasa puede cambiar en diferentes porciones, extraídas en diferentes días e incluso durante un bombeo (al principio y al final). El color también puede ser muy diferente: azulado, amarillo, rosa y verdoso. Todo depende de la dieta que sigue la madre. Por eso es imposible determinar el estado de descomposición de la leche por su color.  

Uno de los factores que indica el deterioro de la leche es su olor:

• El aroma fresco de la leche materna es bastante suave y ligeramente dulce.
• Un producto descongelado puede tener un olor jabonoso, que no se considera un signo de descomposición.
• Si el olor de la leche es agrio y áspero, lo más probable es que este producto ya se haya dañado.

El niño puede rechazar la leche descongelada por su desagradable olor. Esto puede suceder si la leche se almacenó en el compartimiento del refrigerador donde no llega el frio profundo.     

Los bebés pueden tomar la leche materna a temperatura ambiente o caliente a la temperatura corporal. Si tiene un olor fuerte al enfriarse, entonces debe calentarla antes de congelarla pero no a más de 60 grados, despues de esto se enfría y congela rápidamente. Con este proceso la lipasa y el olor desagradable desaparecen.