Síntomas y tratamiento de la otitis purulenta en un niño.
La otitis purulenta ocurre a una edad temprana en uno de cada tres niños pequeños. Por lo general esta patología se acompaña de la aparición de una gran cantidad de síntomas muy desfavorables. Este artículo ayudará a entender, la manera de hacerle frente a dicha enfermedad.
Causas
El proceso inflamatorio que afecta la cavidad del oído medio a menudo conduce al desarrollo de otitis media purulenta.
Una variedad de causas pueden desencadenar esta forma de la enfermedad. La más común de estas son las infecciones bacterianas, actualmente existe una gran cantidad de diversas bacterias que pueden conducir a la formación de pus en la cavidad del oído medio.
Esta patología puede ser primaria y aparecer debido a complicaciones de otras infecciones bacterianas.
En un bebé recién nacido, hay ciertas características del desarrollo de la otitis purulenta. La presencia en la cavidad del oído medio de un tejido mixoide especial que es muy sensible al desarrollo de la inflamación bacteriana y la aparición de edema grave.
El tejido mixoide desaparece solo hacia el final del primer mes de vida del bebé, permaneciendo más tiempo solo en niños prematuros y débiles. En estos bebés por lo general se mantiene durante 6-12 meses de su vida, esta situación clínica conduce a un mantenimiento persistente de los síntomas desfavorables en el niño durante bastante tiempo.
El desarrollo de la enfermedad también se debe a ciertas peculiaridades de la estructura de la trompa de Eustaquio en los niños. Este elemento estructural que es parte del oído en los niños es más corto, lo que origina una propagación más rápida del proceso inflamatorio a todos los órganos cercanos. El tamaño de la trompa de Eustaquio aumenta a medida que el niño crece.
Dada la duración de la aparición de los síntomas adversos, los médicos identifican varias variantes clínicas de la enfermedad, la primera enfermedad desarrollada se llama aguda. Como regla general en los niños diversas infecciones bacterianas con mucha frecuencia, virales o fúngicas conducen al desarrollo de esta variante clínica .
La transición de la forma aguda a la crónica es muy desfavorable y se acompaña de un cambio sucesivo de períodos de completo bienestar y exacerbaciones.
En la mayoría de los casos, el proceso inflamatorio afecta solo a un lado. La otitis purulenta bilateral es menos común.
Los otorrinolaringólogos infantiles también determinan formas recurrentes de la enfermedad, en este caso las exacerbaciones de la enfermedad ocurren dentro de un período de tiempo bastante corto.
Los padres deben estar alerta ante el deterioro frecuente del bienestar del bebé, con frecuencia la otitis purulenta recurrente es una manifestación de una deficiencia pronunciada del sistema inmune.
La infección puede ingresar a la cavidad del oído medio de muchas maneras, siendo la opción más común a través de la trompa de Eustaquio. Posteriormente los microorganismos ingresan a la nariz y a la cavidad abdominal.
Los procedimientos de higiene inadecuados facilitan la penetración de infecciones secundarias del entorno externo a través del oído externo. La diseminación de bacterias a través de la sangre ocurre cuando hay un foco primario de la enfermedad, que puede localizarse en diferentes órganos internos.
Menos comunes son las formas congénitas de otitis purulenta. En este caso, la infección ocurre incluso en el período de desarrollo intrauterino. La aparición de síntomas adversos de la enfermedad en el lactante se promueve principalmente por la flora bacteriana estafilocócica o estreptocócica.
Los microorganismos anaerobios conducen a la infección intrauterina del feto con mucha menos frecuencia.
La otitis purulenta congénita en bebés recién nacidos a menudo es bilateral.
Síntomas
Es posible desarrollar otitis purulenta de manera diferente. La gravedad de la manifestación de los signos clínicos depende del bienestar inicial del niño, en los niños débiles esta enfermedad es más severa.
El estado de salud de los recién nacidos que sufren de otitis media purulenta se ve gravemente afectado. Muy a menudo, el tratamiento de bebés enfermos se lleva a cabo en un hospital.
La manifestación clásica de esta enfermedad es la aparición de dolor en los oídos. En un proceso unilateral, el dolor se manifiesta solo por un lado.
La propagación de la infección a la otra mitad de la cara favorece la aparición del síndrome de dolor en dicha área, el dolor puede ser diferente todo depende de que la enfermedad sea aguda o crónica.
La inflamación aguda se caracteriza por la aparición del síndrome de dolor severo. Muchos niños notan que el dolor surge rápidamente y aumenta.
Un proceso inflamatorio pronunciado conduce a un aumento significativo de la temperatura corporal. En la mayoría de los casos alcanza 38-39.5. En un caso más severo de la enfermedad la temperatura corporal aumenta por encima de 40 grados.
El proceso inflamatorio en el oído medio conduce a una pérdida de audición pronunciada. Si esta es unilateral el niño escucha el habla y distingue las voces.
En un proceso bilateral la audición se ve afectada significativamente. Los niños que asisten a la escuela u otras instituciones educativas no pueden asistir a clases, ya que experimentan dificultades significativas con la capacidad de reconocer sonidos.
El niño enfermo se ve muy mal, el proceso inflamatorio pronunciado lleva al hecho de que el bebé siente una debilidad fuerte y fatiga rápida. Los niños enfermos no comen bien, tienen un apetito significativamente reducido y a veces desaparece por completo.
La exacerbación de la otitis crónica purulenta generalmente se produce con facilidad. Tanto así que en algunos bebés la enfermedad puede desarrollarse incluso sin un aumento significativo de la temperatura corporal.
Los niños sienten burbujeo en el área del oído afectado, este síntoma a menudo se ve agravado al cambiar la posición del cuerpo.
En algunos niños la supuración se vuelve casi permanente.
La cantidad de líquido que se segrega del oído puede ser diferente y a largo plazo el desarrollo de la enfermedad contribuye al deterioro persistente de la percepción de los sonidos.
Muchos bebés en el oído afectado sienten un fuerte picor lo que les causa una gran incomodidad. Además el niño enfermo tiene una mayor sensibilidad a cualquier toque táctil del área afectada.
Con el curso de la enfermedad suele aparecer un dolor de cabeza al lado del oído afectado.
El comportamiento del niño con esta enfermedad cambia significativamente, el bebé se vuelve más perezoso, caprichoso y pierde su interés habitual en los juguetes favoritos.
Los bebés comienzan a frotar la oreja afectada sobre la almohada porque sienten un fuerte picor, este síntoma debería alertar a los padres y motivarlos para que lleven al niño a tratar con un médico.
Diagnóstico
Las medidas de diagnóstico y el tratamiento de la otitis purulenta son realizadas por un otorrinolaringólogo infantil. Para determinar el proceso inflamatorio en la cavidad del oído, el médico realiza un examen clínico con la ayuda de un instrumento médico especial, dicho estudio recibe el nombre de otoscopia, con esta prueba visual puede determinar la presencia de púes en la cavidad del oído medio.
Para determinar la causa de la enfermedad, las pruebas de laboratorio son obligatorias.
Con la otitis purulenta, los parámetros normales de la prueba general de sangre cambian sustancialmente.
En algunos casos los otorrinolaringólogos infantiles realizan análisis de los contenidos obtenidos de la cavidad afectada. Esto les permite identificar con precisión el agente infeccioso de la enfermedad.
Una desventaja significativa es la duración del análisis, puede tomar 5-7 días para obtener los resultados de laboratorio.
Consecuencias
La otitis purulenta es a menudo peligrosa. Los casos más severos se observan en los niños muy pequeños, la propagación de la inflamación afecta varios órganos.
La complicación más peligrosa de la enfermedad es la entrada de pus en las meninges. Esta condición conduce al desarrollo de meningitis o meningoencefalitis.
Una complicación frecuente de la otitis purulenta es la disminución de la audición. En los casos más severos, una alteración en la percepción de los sonidos se puede manifestar con una pérdida completa de la audición.
En bebés esto puede conducir a una disminución en la memoria y la inteligencia. En niños pequeños, tal condición patológica contribuye a un retraso pronunciado en el desarrollo mental.
Una complicación bastante frecuente de la otitis media purulenta es la laberintitis.
El curso severo de esta patología puede conducir al desarrollo de complicaciones más peligrosas, manifestadas por el deterioro del tejido óseo del hueso temporal e incluso la parálisis del nervio facial.
Tratamiento
El tratamiento de la otitis purulenta se puede llevar a cabo usando varios medicamentos.
Para lograr un buen efecto de la terapia, se requiere el uso de varios medios diferentes, el objetivo de estos medicamentos es eliminar todos los síntomas desfavorables y mejorar la audición.
El método básico de tratamiento consiste en la designación de medicamentos antibacterianos para eliminar todos los síntomas desfavorables, por lo general su duración es de 7 a 10 días.
Uno de los objetivos de la terapida es la eliminación de los patógenos de la cavidad de los oídos afectados, para hacer esto se usan antibióticos que tienen una amplia gama de acciones.
Los agentes antibacterianos se pueden administrar de diferentes maneras. En el caso de una enfermedad moderada, los medicamentos se usan en forma de tabletas o suspensiones.
Las formas graves de la enfermedad requieren antibióticos en forma de inyecciones. Los recetados con mayor frecuencia son: "Amoxicilina", "Flemoxin", entre otros. La dosis y la duración del tratamiento son determinadas por el médico tratante.
La otitis purulenta a menudo ocurre después de una secreción nasal prolongada. Para normalizar la respiración nasal en esta situación, se prescriben gotas o inhalaciones nasales vasoconstrictoras. Se prescriben de 2 a 3 veces al día durante 4-5 días estos medicamentos (Nazol, Otrivin, otros) también mejoran la presión en la trompa de Eustaquio lo que conduce a una reducción del edema.
Para la normalización de la temperatura corporal elevada, se usan diversos medicamentos antipiréticos. Para los niños los más utilizados son paracetamol o ibuprofeno.
Estos medicamentos tienen menores efectos secundarios. Se deben utilizar con un aumento en la temperatura corporal por encima de los 38 grados.
Con frecuencia en el hogar se usan varias gotas para los oídos con la finalidad de tratar las diferentes formas de otitis purulentas. Estas ayudan a eliminar el síndrome de dolor que ha surgido en el oído afectado y también tienen un efecto pronunciado antiséptico.
El uso de estos medicamentos también tiene un fuerte efecto antiinflamatorio.
Las formas purulentas de la enfermedad son bastante comunes en niños con signos de inmunodeficiencia. Para restablecer el rendimiento óptimo del sistema inmunitario de los niños enfermos, los médicos recetan medicamentos específicos.
Dichos medicamentos en conjunro con los complejos multivitamínicos permitirán lograr un efecto positivo persistente.
Los padres deben recordar que el uso de todos los medicamentos necesariamente es conveniente acordarlo con el médico tratante.
Muchos de los medicamentos que se usan para el tratamiento no se pueden usar en presencia de una perforación (agujero patológico) en la membrana timpánica. Tal condición clínica a menudo puede encontrarse con otitis purulenta. Siendo los más peligrosos en este caso las gotas para los oídos ya que se aplican por vía tópica.
En algunos casos, la conducta de la farmacoterapia conservadora no produce un efecto. En esta situación, es posible que se requiera tratamiento quirúrgico. Tales operaciones permiten reducir la presión excesiva dentro de la cavidad del oído y también eliminar la inflamación presentada, dicho tratamiento quirúrgico es realizado por los otorrinolaringólogos infantiles.
La eliminación de pus de la cavidad auditiva se llama punción. La lleva a cabo un médico usando una herramienta especial y se usa anestesia local.
Después de realizar todo el procedimiento, en el oído afectado se introduce una gasa o turunda humedecida en una solución desinfectante. Luego de la cirugía, los médicos recomiendan que el niño no moje la oreja durante varios días y prescriben una serie de medicamentos que ayudan a sobrellevar la inflamación.
La fisioterapia juega un papel importante en el tratamiento de la otitis media purulenta crónica. Los métodos de tal terapia permiten eliminar la inflamación presentada en la región del abdomen afectada y también tienen un efecto positivo sobre la inmunidad.
Los métodos de tratamiento fisioterapéuticos ya son usan en el período del período agudo de la enfermedad, cuando no hay secreción purulenta del oído. La terapia con láser, la terapia UHF son los métodos más comunes utilizados en el tratamiento de la otitis purulenta en niños de diferentes edades.