¿Cómo restaurar la microflora del niño después de tomar antibióticos?

Las enfermedades en los niños a veces no se pueden curar sin tomar antibióticos. Sin embargo, estos medicamentos tienen efectos secundarios, por lo que cuando se recetan, los padres deben saber cómo reducir su efecto negativo y qué hacer si el antibiótico afecta la digestión del bebé.

¿Cuáles son los riesgos de los antibióticos?

El uso a largo plazo de medicamentos antimicrobianos, especialmente en dosis altas, puede afectar negativamente la salud del niño y conducir a:

  • Trastornos de la digestión
  • Debilitamiento del sistema inmune
  • Alergias
  • Eczema o dermatitis
  • Alteración del hígado
  • Problemas en los riñones

¿Por qué es necesario restaurar la microflora?

Después de su ingestión los agentes antimicrobianos se diseminan, a través de la sangre, por todo el cuerpo para combatir el elemento patógeno que produce la infección bacteriana. Pero también afectan el funcionamiento de diferentes órganos, así como las colonias de bacterias beneficiosas que hay en los intestinos del bebé.

Cuando la flora útil disminuye se produce un desequilibrio (disbacteriosis) que afecta el trabajo de los órganos digestivos. El niño comienza a digerir mal los alimentos, desarrolla diarrea y presenta episodios de vómitos o estreñimiento.

La permeabilidad de la pared intestinal aumenta y aparecen reacciones alérgicas produciendo erupciones. Al mismo tiempo, la flora dañina comienza a multiplicarse en los intestinos disminuyendo la inmunidad del niño.

Formas de restaurar el tracto digestivo

La restauración del tracto digestivo debe ser atendida al comenzar a tomar antibióticos. Si el bebé está siendo amamantado, se recomienda cancelar la lactancia y retomarla después del tratamiento. Los niños mayores deben comer poco y beber suficiente líquido. En algunos casos, a los niños se les proporciona enzimas.

Después de completar el ciclo de antibióticos en los bebés, la leche materna sigue siendo un medio importante para restaurar el tracto intestinal ya que contribuye a la colonización de su tracto digestivo con una flora útil. Se recomienda esperar a que ceda la infección para regresar al menú habitual.

Para restaurar el equilibrio de los microorganismos debe hacerse énfasis en la nutrición, no en los medicamentos. En el período de recuperación los alimentos no deben ser excesivamente grasosos y hay que administrarlos en pequeñas cantidades.

Para restaurar la flora intestinal se recomiendan comidas fáciles de digerir y probióticos después de antibióticos. Cuando la flora microbiana se recupera, se normalizan las heces del niño y su estado en general.

Restauración del cuerpo como un todo

Para restaurar el hígado y otros órganos internos del bebé, la nutrición del niño es importante. En su dieta no debe haber alimentos asados y grasosos. Toda la comida debe ser cocida o hervida. El niño debe recibir diariamente productos lácteos y vegetales.

Para la recuperación exitosa del niño es necesario que duerma bien, camine mucho, juegue al aire libre y haga gimnasia durante el día.

Los contactos con otros niños a los 5 o 7 días después del tratamiento con antibióticos deben limitarse para excluir el riesgo de contraer un virus ya que su organismo está frágil.

La opinión de E. Komarovsky

El Doctor Komarovsky señala que los antibióticos deben ser suministrados sólo cuando sea necesario. En este caso, las drogas que se administren a los niños pequeños deben ser de baja toxicidad. Advierte además que como casi siempre se recetan por un período corto, no se recomienda ningún tratamiento después de la aplicación de antibióticos.

Komarovsky asocia los trastornos digestivos, que a menudo aparecen después de la terapia con antibióticos, con el deseo de las madres de alimentar al niño enfermo. También señala que hay drogas con un efecto específico en los intestinos, sin embargo el efecto no se elimina con ningún medicamento.

Komarovsky recomienda después de la terapia con antibióticos:

  • No ofrecer comida al niño
  • Eliminar de la dieta del niño alimentos grasos, especialmente aquellos ricos en grasas animales
  • Ofrecerle comida solo cuando tenga apetito
  • No sobrealimentar al niño

Según Komarovsky no se ha comprobado que los probióticos sean eficaces para tratar los trastornos digestivos.

Komarovsky considera que la inmunidad no se restaura con medicamentos. Después de la terapia con antibióticos, es importante que los padres protejan al niño contra nuevas infecciones hasta que su cuerpo se recupere de la enfermedad.

Posibles problemas

Las reacciones alérgicas son un efecto negativo muy común al utilizar antibióticos. Sin embargo, tomar antihistamínicos mientras se administran los medicamentos antimicrobianos no es recomendable porque amortigua las manifestaciones alérgicas al medicamento y el niño continuará recibiendo varias dosis de la droga sin que la madre se entere de la reacción alérgica. Si el niño ha reaccionado con alergia a un antibiótico, el remedio debe descartarse. Al mismo tiempo, la madre debe recordar el nombre del medicamento para descartarlo en el futuro.

Las manifestaciones alérgicas pueden ocurrir después de la finalización de la medicación como una reacción a la violación de la función del tracto digestivo. El tratamiento en este caso es la nutrición adecuada del niño. Cuando los intestinos se recuperan después de la enfermedad, la reacción alérgica también pasará.

La terapia con antibióticos puede causar candidiasis. Muy a menudo, el hongo afecta la membrana mucosa de la boca del bebé. El tratamiento de esta infección por hongos debe realizarse bajo la supervisión del médico.