Fuerte olor en la orina en el niño

En un bebé recién nacido, la orina no huele, pero con la edad se parece más a la orina del adulto y huele. Los padres deben saber cuál es el olor normal y cuándo debe estar alerta.

¿Cuándo es normal?

El olor en la orina del niño es normal cuando no presenta un olor agudo. Un olor muy pronunciado o desagradable, siempre causa la idea de alguna enfermedad en el bebé. Estos cambios no deben ignorarse.

Olor a amoníaco

El olor a amoníaco en la orina indica un problema de salud en el bebé. En primer lugar, debe excluir la presencia de diabetes mellitus y acetonemia. Con la diabetes, la orina puede adquirir un olor a amoníaco, o vinagre de sidra de manzana. En este caso, estarán presentes en el niño otros síntomas de la enfermedad, por ejemplo, aumento de la sed, pérdida de peso, sequedad de la piel, necesidad de orinar con frecuencia y otros. También puede aparecer infección en el tracto urinario.

Olor a acetona

El olor a acetona en la orina del niño indica una mayor asignación de cuerpos cetónicos con orina  debido a una gran cantidad de cetonas en la sangre. El aumento en el nivel de acetona en la sangre se debe a varios factores, incluido el esfuerzo emocional o físico. Si su hijo ya ha presentado este caso, debe asegurarse que no tenga hambre ni exceso de trabajo. Cuando el niño esté cansado, déle alimentos dulces para evitar la aparición de cetonas.

Olor a pescado rancio

El olor a pescado podrido, es característico de la trimetilaminuria. Esta es una enfermedad genética en la cual se acumula trimetilamina en el cuerpo, causando la aparición de un olor a pescado en la orina y sudoración.

En otras patologías genéticas, el olor a orina también se vuelve desagradable y comienza a parecerse al olor a moho o ratones (indica fenilcetonuria), azúcar quemada (que ocurre en la leucinosis), repollo ( tirosinemia).

Posibles causas

El cambio del olor de la orina del bebé se debe a varios factores:

  1. Cambio en el balance de agua. El niño puede beber muy poco líquido o perderlo, por ejemplo, por vómitos o por sudoración. La causa también puede ser por dificultad en la respiración nasal.
  2. Cambios en la dieta. Un olor desagradable en la orina del niño puede ser por cambios en la dieta, por ejemplo si incluye comida rápida, comida dulce, platos de proteínas grasas, mariscos, picante, rábano picante, ajo, espárragos o repollo. Un bebé puede también verse afectado por un nuevo alimento complementario o una nueva mezcla, así como por un cambio en la ración de la leche materna.
  3. Trastornos de procesos metabólicos causados ​​por patologías genéticas.
  4. Recepción de antibióticos y otros medicamentos.
  5. Un pañal de mala calidad o ropa vieja. En este caso, el olor será desagradable en la mañana.
  6. Raquitismo Provoca un cambio en el olor de la orina del bebé hasta por un año, y también se manifiesta por el sudor en las palmas, falta de apetito, alteración del sueño y otros síntomas. Esto sugiere falta de vitamina D.
  7. Cambios hormonales en la reestructuración hormonal de la adolescencia. Este es un fenómeno temporal, pero es importante que los padres enseñen al adolescente a cuidar el cuerpo y la higiene.
  8. Enfermedades infecciosas del sistema excretor. Aparece un olor desagradable con cistitis, así como con uretritis, pielonefritis y otras inflamaciones.
  9. Diabetes mellitus. La orina con esta enfermedad, huele a amoníaco y se libera en grandes cantidades.
  10. Enfermedades del hígado. No solo huele desagradable, sino que también adquiere un color oscuro.

¿Qué hacer?

Un cambio de olor en la orina del niño no requiere acción, especialmente si está bien alimentado. Si hay un olor fuerte en la orina durante unos días, debe comunicarse con el pediatra. Por lo general, el pediatra indicará exámenes de orina para su análisis. Cuando aparece un olor a amoníaco, es necesario determinar si hay azúcar en la sangre del bebé .

Si se sospecha la presencia de acetona en la orina, se puede verificar en casa, usando tiras de pruebas especiales. Para realizar esta prueba, primero debe darle un sorbo de glucosa con una ampolla o darle a masticar tabletas con glucosa. También puede darle una cocción de pasas o té caliente con miel.

Si asocia esta situación con deshidratación, es importante darle al niño más bebida sobre todo, si hay diarrea o vómitos, así como temperatura corporal alta. En estos casos, es extremadamente importante evitar un gran gasto de líquido.