¿Cuántas veces al día debe dormir un niño?

Cada niño tiene una manera paritcular para desarrollar e ir haciendo su rutina, pero existen recomendaciones en cuanto a la duración y frecuencia del sueño en los primeros años del niño.

  • Desde recién nacidos a los 9 meses. Para los recién nacidos y bebés de hasta 1 mes, es complejo precisar las horas exactas que duermen, no obstante, podría decirse que el promedio está entre 16 y 20 horas de sueño diario. A medida que van creciendo, las horas de sueño en el día van disminuyendo y las horas de sueño en la noche aumentan. A los 3 meses, un niño puede dormir en promedo 10 horas por la noche y 5 horas en la tarde. A los 9 meses el sueño nocturno aumenta a 11 horas, mientras que en el día se reduce a unas tres horas.
  • Desde un año a un año y medio.  A esta edad, los niños pueden divividir las horas de sueño diurnas en dos siestas. La primera podría tener alrededor de 2 y 2,5 horas de duración y la segunda siesta sería más corta, dura sólo una hora y media, aproximadamente. Mientras que en las noches, el sueño sigue teniendo una duración de 11 horas.
  • De un año y medio a dos años.  Los niños de esta edad hacen una sola siesta durante el día y esta puede durar entre 2,5 y 3 horas. El sueño nocturno sigue teniendo de 10 a 11 horas de duración.
  • Los niños de dos y tres años duermen durante el día una vez, de 2 a dos horas y media. Por la noche, su sueño dura aproximadamente 10-11 horas.
  • De 3 a 7 años. Después de los 3 hasta los 7 años, lo recomendable es que el niño realice una siesta de al menos dos horas de duración. El sueño por las noches en estas edades suele tener un promedio de 10 horas. 
  • De 7 años en adelante. Luego de los 7 años es poco frecuente que duerman durante el día y el sueño nocturno suele reducirse teniendo solo de 8 a 9 horas de duración. 

¿Qué afecta la frecuencia y la duración del sueño?

Las caracterísiticas del sueño son distintas para cada bebé, ya que puede variar dependiendo de la etapa de desarrollo en la que se encuentre el niño, la rutina diaria, tener algún malestar de salud, entre otros. Son variables que pueden incidir en el temperamento del niño y por ende, en la duración y frecuencia del sueño.

El ambiente y comodidad que pueda brindar la habitación al bebé facilitará el buen descanso del niño. Por ejemplo, la posición de la cama, el uso de cortinas gruesas para atenuar la iluminación, un pijama cómodo, el juguete favorito y la incorporación de un ritual para dormir.

Mientras que el calor excesivo, poca circulación de aire en la habitación, molestias por la salida de los dientes, dolores de oídos, pañales mojados y sentirse solo. Son algunas condiciones que pueden alterar el sueño y hacer que el niño se despierte con más frecuencia de lo habitual.

Posibles problemas

  • El niño puede golpearse la cabeza contra las paredes de la cama cuando se duerme. Esto puede ser un signo de estrés o enfermedad, pero si la madre no ve otros síntomas negativos, no hay de qué preocuparse. No obstante, por la seguridad del bebé se recomienda el uso de protectores acolchados al rededor de la cuna y en las paredes de la cama para suavizarlas.
  • Si un niño duerme menos de lo que duermen en promedio los niños de su edad, acumulará cansancio, mostrará signos de mayor excitación, cambios en su estado anímico, mostrará intentos de quedarse dormido antes de la hora habitual (por ejemplo antes de las 18 horas en punto) En este caso, es recomendable adaptar el horario al ritmo del niño, puede acostarlo más temprano, así ir cambiando gradualmente el tiempo del sueño 15 minutos antes de lo acostumbrado.
  • Dormir demasiado, también puede afectar negativamente el bienestar de un niño, haciéndolo apático.
  • Las pesadillas pueden comenzar a manifestarse a partir de los dos años de edad.
  • Entre los 3 y 4 años los niños pueden negarse a dormir. En este caso, los padres deben asegurarse de que los niños no permanezcan despiertos hasta altas horas de la noche, ya que deben dormir no menos de 12 horas.

Rituales

Será más fácil para un niño quedarse dormido si, durante el proceso la madre repite las mismas acciones. A esto se llama: ritual. Un ejemplo de ritual puede ser las siguientes acciones, teniendo el mismo orden todos los días: caminar, alimentarse, bañarse, leer un libro, acostarse con luz apagada en la cama.

Es muy importante que el ritual se repita diariamente. Si el régimen se pierde en un día determinado y no hay suficiente tiempo para cada etapa del ritual, la secuencia debe permanecer igual, y el tiempo de cada acción puede acortarse. Si la madre sale de la casa, debe planificar todo de manera que tenga tiempo al volver de acostar a dormir al bebé (realizando el ritual previsto).

Consejos

  • Los niños de más de 6 meses de edad tienen menos probabilidades de despertarse por la noche. Si las interrupciones del sueño en la noche son aún frecuentes, la madre puede recurrir a algunos trucos que ayudan al bebé a dormir más tiempo. Podemos sugerir: el baño antes de dormir, darle de comer después del baño y mantener la habitación ventilada.
  • El destete por las noches es el proceso que usualmente se deja de último o puede tardarse más en darse. Mientras que los que los niños que reciben alimentación de fórmula suelen dejar el tetero o biberón por las noches más rápído. Si desea destetar al bebé por las noches puede ir dismiuyendo la frecuencia de amamantado nocturno, para los que toman biberón,  púeden ir diminuyendo gradualmente la cantidad de fórmula. Si el niño pide más leche, cálmelo con suavudad. Otra opción puede ser, verter la leche materna o de fórmula del biberón a un vaso de entrenamiento.